sábado, 12 de septiembre de 2015

Metodología del Comentario de texto histórico


La necesidad de aplicar un buen método de comentario y análisis de los textos es una tarea esencial, que sobrepasa los objetivos de simple adquisición de conocimiento. En efecto, el trabajo con textos implica el desarrollo de destrezas de investigación: planteamiento de hipótesis, búsqueda de elementos relacionales y desarrollo argumental. De ahí que en algunos campos de estudio, como el Derecho o el Periodismo, se considere esencial el trabajo con textos históricos como parte de la formación de los especialistas. Además, de la investigación histórica se han copiado aspectos esenciales en la investigación rigurosa de otros muchos campos: el aparato de notas a pie de página, las referencias o la bibliografía se iniciaron en la investigación histórica y han pasado a otras disciplinas. Del estudio histórico de textos por filólogos e historiadores, los escritores han aprendido a verificar datos, sopesar pruebas o sacar conclusiones.

             El método a seguir no puede parecer más simple, se limita a leer, pensar y escribir. Sin una lectura cuidadosa y repetida del texto es imposible extraer las ideas fundamentales, y sin haber comprendido estas ideas es imposible hacer el más mínimo comentario. La lectura ha de ir acompañada de un estudio del tema, al menos si es desconocido, pues sin hacer una búsqueda del significado de las ideas expuestas, de su referencia temporal y espacial, difícilmente se pueden exponer unas conclusiones. La comparación de la técnica del comentario de texto con la investigación histórica tiene sentido, porque un buen comentario requiere una investigación o profundización en el tema expuesto en el documento.

            El rigor en la investigación histórica requiere hacer el primer paso, el de la aproximación a los textos históricos, con ese mismo rigor. Para ello se requieren unas técnicas específicas para conocer, analizar, comentar o interrelacionar el documento. Esos cuatro aspectos se traducen en los tres puntos fundamentales que ha de seguir un comentario de texto:

 

1.
Clasificación

            Clasificar un texto es el primer paso en el trabajo de acercamiento al texto que se va a comentar. Significa seguir unas pautas para el conocimiento de los puntos básicos del texto. Para hacer la clasificación hay que partir de unas preguntas previas, de los interrogantes que se quieren conocer: ¿quién fue el autor del texto? ¿en qué momento histórico está redactado?¿en qué lugar se hizo?¿a quién va dirigido el texto? ¿de qué naturaleza es el texto a analizar?.

            La respuesta a estas preguntas proporcionará la información básica, el esqueleto, sobre el que se montará el cuerpo a construir. Es importante contestar a esas preguntas lo más precisamente posible, y para ello habría que ir planteando nuevos interrogantes a cada una de esas preguntas:

 
- determinación del tipo de fuente escrita:

            . indicar si se trata de una fuente primaria (crónicas, memorias, testimonios judiciales…) o secundaria (obra historiográfica, literaria..)
 

            Fuentes primarias. Son las que se han elaborado prácticamente al mismo tiempo que los acontecimientos que queremos conocer. Llegan a nosotros sin ser transformadas por ninguna persona; es decir, tal y como fueron hechas en su momento, sin ser sometidas a ninguna modificación posterior.
            Una fuente primaria es la (fuente documental) que se considera material de primera mano relativo a un fenómeno que se desea investigar. En el caso de la historiografía, lo que en su tiempo ha servido como instrumento para construir la historia.
            Puede ser fuente primaria un trabajo creado por algún testigo presencial o protagonista de un evento histórico en el que éstos son descritos, pero también pueden incluirse objetos físicos (como monedas), artículos periodísticos, cartas o diarios personales. También pueden ser, sin embargo, casi cualquier tipo de información: por ejemplo, los anuncios publicitarios de los años 50 pueden servir como fuente primaria en un trabajo sobre la percepción de la tecnología moderna.


            Fuentes secundarias. Se denominan también historiográficas. Son las que se elaboran a partir de las Fuentes primarias: libros, artículos... Una fuente secundaria es generalmente una descripción histórica construida a partir de fuentes primarias, pero los propios historiadores usan a menudo fuentes secundarias como testigos de su tiempo (como las propias fuentes primarias) al estudiar aspectos de la historiografía (por ejemplo, un libro sobre la historia de las computadoras puede resaltar que otros libros de historia de estas máquinas obviaron su origen militar, o enfocaron demasiado sus características técnicas).

            Las fuentes secundarias son textos basados en fuentes primarias, e implican generalización, análisis, síntesis, interpretación o evaluación. En el estudio de la historia, las fuentes secundarias son aquellos documentos que no fueron escritos contemporáneamente a los sucesos estudiados.

            Una fuente primaria no es, por defecto, más acreditada o precisa que una fuente secundaria. Las fuentes secundarias están sujetas a revisión de pares, están bien documentadas y están normalmente producidas a través de instituciones donde la precisión metodológica es importante para el prestigio del autor. Una fuente primaria como una entrada en un dietario puede ser, en el mejor caso, sólo reflejo de los eventos vistos por una sola persona, lo que no necesariamente es verdadero, preciso o completo. Los historiadores someten a ambos tipos de fuentes a un alto nivel de escrutinio.

            Como regla general, sin embargo, los historiadores modernos no son tan confiables prefieren recurrir directamente a las fuentes primarias aunque no tengan mucha información, si están disponibles, o bien buscar nuevas.  

 
            . señalar si se trata de un documento público u oficial (jurídico, político, económico), religioso o de carácter privado


            - identificar su temática o la naturaleza del texto suele indicarse en la clasificación, aunque probablemente sea el aspecto menos necesario para luego iniciar el análisis y comentario. Las clasificaciones no son sencillas de hacer, pues la tipología del documento histórico es tan amplia que resulta muy difícil encuadrarla en parámetros pequeños. Por ello proponemos la siguiente clasificación:


1. Textos jurídicos: documentos que establecen una relación de Derecho entre dos o más partes. Constituciones, leyes, decretos, tratados internacionales, testamentos, estatutos, normas conciliares... pueden incluirse en este apartado.
2. Textos literarios: pertenecen a los géneros de la literatura que utilizan fundamentalmente personajes de ficción. Poesía, cuento, novela y teatro son los cuatro tipos fundamentales a incluir en este grupo.
3. Textos historiográficos: documentos extraídos de obras de historia. Crónicas, anales, biografías, libros de historia, obras escritas sobre un determinado momento histórico, bien sea por hombres de su tiempo o por investigadores posteriores.
4. Textos teóricos: documentos en los que se establece un conjunto de postulados o leyes sobre el que se construye un sistema de pensamiento. Ensayos políticos, sociológicos, económicos, etc. habría que incluirlos en este apartado.
5. Textos políticos: los que tienen como punto de referencia la organización gubernamental e institucional de la sociedad, exceptuando los documentos que tienen fuerza de ley. Declaraciones políticas, manifiestos, discursos, etc.
6. Textos socio-económicos: los que inciden en la situación social y económica de una sociedad, pero no tienen como finalidad principal la modificación del sistema político. Reivindicaciones de colectivos en huelga, informes de sindicatos, etc.
7. Textos de opinión: los que reflejando ideas, convicciones o sentimientos personales se expresan directamente a través de un medio de comunicación de masas. Artículos de prensa, entrevistas periodísticas, editoriales, etc.
8. Textos personales: documentos estrictamente privados que en el momento de ser escritos no tuvieron trascendencia o difusión pública. Diarios personales, cartas privadas, notas personales, etc.
9. Textos circunstanciales-informativos: los que recogen sucesos de la vida diaria, ya sea en una situación de paz o de guerra. Crónicas de sucesos, partes bélicos, etc., pueden incluirse en este grupo.

 

-Acerca del autor, hay que averiguar lo siguiente: ¿se conoce su nombre e identidad? ¿fue un individuo famoso? ¿fue un personaje irrelevante? ¿es un documento redactado por un grupo de individuos reunidos de forma espontánea? ¿es un documento compuesto por una comunidad? ¿es un hombre o una mujer? ¿es un personaje con vinculaciones étnicas o religiosas que pueden influir en lo que escribe?

-El destinatario de un documento es otro de los elementos a considerar en la clasificación. ¿Se trata de una persona en particular?, ¿va dirigido a una comunidad? ¿a una nación? Dependiendo del destinatario, el estilo del documento variará, y eso queda de manifiesto si se tiene en cuenta algo tan sencillo como comparar los documentos públicos de los privados, y en concreto si se toma un ejemplo de algún personaje histórico y se comparan los documentos emanados como hombre político, y los redactados de forma íntima a algún miembro de su familia.

- La fecha o el tiempo histórico del texto es un aspecto fundamental. Las preguntas a plantearse van desde ¿se conoce la fecha exacta o el año exacto?, en caso contrario ¿puede llegar a conocerse la fecha aproximada?, ¿hay que conformarse con datarlo en un siglo o parte de un siglo? En algunos textos hay, además, que plantearse dos fechas, la de redacción del documento y la del acontecimiento a aspecto al que hace mención.

- El lugar donde o para donde se redacta el documento es otro elemento a considerar en la clasificación, especialmente en algunos casos en los que el lugar o el país al que corresponde el documento puede tener connotaciones especiales.


2. Análisis

            El análisis de un texto histórico es la parte más importante del comentario. Ha de contemplar los hechos y las ideas expuestas, para aplicar un método de análisis a ambos. Los pasos de este análisis han de ser los siguientes:


-          Definición y explicación de los términos y conceptos necesarios para la comprensión del documento

-          Análisis temático para identificar las diferentes afirmaciones del texto, distinguiendo las ideas principales y secundarias, su orden de exposición y estructura. Determinar cómo el autor ha desarrollado el tema, es decir, cómo ha organizado la exposición del contenido. Para ellos hemos de localizar las partes, si es posible, en que se divide el texto (introducción, presentación de los hechos, argumentación, presentación de datos, opinión del autor, valoración o conclusión…)

-          Determinación de la idea o tema principal, debiéndose explicar y relacionar las ideas que aparecen en el texto para determinar brevemente el tema-eje, es decir, la idea más importante que se desarrolla en él y que recoge o resume la intencionalidad del autor

-          Interpretación del texto: este paso puede suponer, según el texto en cuestión, situar y relacionar el texto con el marco histórico que le corresponde: explicar, situar e identificar los personajes, instituciones, hechos o informaciones que aparecen en el texto; describir los antecedentes del texto o mostrar las consecuencias que implica el texto

-          Verificación de la autenticidad o fiabilidad del documento, valorando la exactitud de los datos que aporta

3. Conclusión y valoración crítica


            Primero se ha de efectuar un balance, que recoja la idea fundamental del documento y la interpretación que se ha hecho de él. A continuación se ha de emitir un juicio u opinión acerca de las ideas del autor, e indicar razonadamente si se está de acuerdo o no y por qué, valorando al mismo tiempo la validez o credibilidad de sus argumentos o su interés, indicando la subjetividad u objetividad del mismo, su veracidad…

            Los textos o mensajes objetivos son aquellos en donde el emisor de los mismos, da a conocer un hecho o situación, tal cual ocurre, ocurrió o va a ocurrir, transmite información, sin dar su opinión o parecer sobre la misma, es decir, sin manifestar sentimientos o estados de ánimo. Por ejemplo, en el pronóstico del tiempo, la expresión “para hoy se esperan lluvias intensas”. Como vemos aquí, el emisor transmite una información que conoce, no importa si está de acuerdo con ella o si está feliz o triste por lo que va a pasar. Otro ejemplo sería: “Ayer Argentina le ganó a Brasil por tres tantos contra cero”
            En  cambio, en los textos o mensajes subjetivos, lo que importa es la opinión del emisor, comunicar sus sentimientos, posturas y estados de ánimo. Esto se da en las cartas, algunos mensajes personales, en los textos argumentativos y en los literarios. Por ejemplo, “me gusta mucho tu manera de ser”, “estoy feliz porque aprobé todas las materias”, etc. En el caso del pronóstico del tiempo, el mensaje se volvería subjetivo si fuese el siguiente: “lamentablemente, se esperan para hoy lluvias intensas”, porque  si bien transmite una información, le suma su apreciación sobre la misma (en este caso el emisor no está contento con que llueva). En el caso del partido de fútbol, el mensaje sería subjetivo, si dijera: “En uno de los mejores partidos de la temporada, Argentina aplastó ayer a Brasil por tres tantos contra cero”, aquí se ve claramente la subjetividad del emisor, tanto al principio de la oración, como en el término “aplastó”.

            En la medida que el tema lo permita, se debe redactar una opinión personal, argumentada, coherente y clara. Esta es la parte más subjetiva del comentario de texto. Se puede expresar intentando reflejar cómo el contenido actúa entre nosotros (nos hace reflexionar, nos informa, o incluso, si nos emociona o nos inquieta).

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